Me llamo Laura Muñoz y en mi pueblo, Valdivia, es muy común escuchar historias sobre el mismísimo Mandinga, el ser del mal, el de los cuernos y al final todos terminan con lo mismo. Los ancianos y las campesinas dicen ver y hasta interactuar con el mismo mal, que viene vestido de oveja como un ser inocente, pero muy pronto se descubre su verdadero ser. Pero estas son puras patrañas, ¿verdad?, porque a mis veintidós años nunca he visto ni escuchado nada fuera de lo común, a excepción de las vacas en la mañana. En fin, ¿quién podría creer en estos cuentos que se crean para mandar a los niños a dormir en las noches? Pues yo no, a ver si el Mandinga puede con eso, ja.
Primer lugar regional
Padre Hurtado
14 años