Cuando llega el verano, mi hermano y yo solemos tener la costumbre de ir a un lugar en lo alto, cerca de la casa, para admirar los colores del atardecer, mezclado con la ternura de la casa vista desde lejos y la belleza azul claro de las montañas, que mientras baja el sol, se vuelve azul profundo. Y ahora que mi hermana es más grande podemos llevarla.
Creo que el campo no es solo trabajar la tierra, sino de contemplación, belleza y vida.
Francisca Lefiman Quezada
3° medio
Vilcún
Región de La Araucanía
Dibujo Educación Media