Para contar y saber, saber para contar.
Estela y Estela ahí va una lesera…
Hace varios años, en el cerro Los Robles vivía una chancha. Por las noches bajaba del cerro hasta los potreros del Membrillo, a destruir las siembras y comer corderos chicos. Esta era una chancha muy rápida y astuta por lo que nadie podía atraparla. Un día, Jaime ideó un plan para atraparla. Juntó un grupo de amigos y subieron al cerro montuoso con perros y muchos lazos.
Como era de madrugada esperaron un buen rato para encontrarla. La chancha escurridiza se escapó a la cima del cerro. La corretearon casi todo el día, hasta que en la tarde la atraparon en unos riscos.

Javier Andrés Cornejo Céspedes
9 años
Lolol
Primer lugar región de O’Higgins