Érase una vez un grupo de músicos de una banda de bronces que se dirigían camino al pueblo de Pica, a la gran fiesta de San Andrés. Junto a ellos también iba el padre Juan, para dar la misa de San Andrés. Cuando todo el grupo, más el padre, se encontraba caminando, acercándose a la orilla del cerro Porqueza, les dio demasiada sed y como aún faltaba mucho por llegar a Collacahua (lugar donde había agua), el padre decidió subir hacia el cerro, porque vio desde lejos que este no era como los demás cerros que terminaban en punta, sino que su forma de terminación era de superficie plana.
Ailyn Mamani Vilca
Tercer lugar regional
Alto Hospicio
Región de Tarapacá
10 años