Hace mucho tiempo había una viejecita que vivía sola; le decían doña Mila, su nombre era Eudomilia. Ella llegó a vivir a la costa del río Baker, por allá por los años 30; llegó con sus padres desde San Carlos, Ñuble. Doña Mila fue mi tatarabuela, quien más o menos en 1950 se fue a establecer a un sector llamado Lago Vargas, donde tuvo que hacer huellas a punta de machete. Ella crió once hijos, trabajó la tierra para producir alimentos, hizo corrales y cercos para sus animalitos e instaló una quesería; todo lo hizo para alimentar a su familia.

Pedro Vera Montiel
Primer lugar regional
Cochrane
Región de Aysén
10 años