Se cuenta que cada vez que un habitante se va de la marka20 de Ticnamar, la qala llora porque los yuqanaka21 de los habitantes del pueblo emigran a la ciudad y los awkinaka22 los siguen.
La piedra siente un gran abandono y pena tremenda, y comienza a llorar; así contaban las wila masinaka23 que dejaban el pueblo. El llanto era tan fuerte que lo escuchaban todos y así se enteraban de que las familias abandonaban sus hogares. Las jaqinaka24 que se iban del pueblo decían: “No llores, piedrita, que regresaré aquí a morir”. Eso relataban las familias que se iban, en especial con sus padres y achachilanaka.

Rodrigo Fernández Badilla
Primer lugar regional
Arica
Región de Arica y Parinacota
13 años